Lo que comenzó con grandes ganas de llorar, miedo aterrador
y ganas de meterme debajo de mi cama (de Madrid) ha pasado a ser algo novedoso,
curioso y gratificante, en donde aprendo cosas cada día.
Llevo aquí (en Irlanda) seis días, el primero básicamente
fue de viaje. El primer choque fue en el aeropuerto, en información la
informadora no sabía idiomas, con el inglés les basta al parecer… Al final después
de un bloqueo mental recordé que tenía todas las indicaciones apuntadas y
traducidas desde España, así que por fin encontré la parada del autobús que me
llevaría a mi nueva ciudad, Cork.
Los dos primeros días fueron difíciles, pero he tenido la suerte de haber sabido elegir una buena familia con la que vivir, estoy trabajando de Au pair, cuidando una bonita niña de dos años. Al principio no entendía nada y mis frases debían asemejarse a las de un indio en una película yanki. Pero después he conseguido relajarme, les entiendo bastante y me hago entender. Tienen mucha paciencia, me ayudan a pronunciar mejor y a realizar mejor las frases. Tienen un sentido del humor muy majo y me están enseñando la zona.
Los dos primeros días fueron difíciles, pero he tenido la suerte de haber sabido elegir una buena familia con la que vivir, estoy trabajando de Au pair, cuidando una bonita niña de dos años. Al principio no entendía nada y mis frases debían asemejarse a las de un indio en una película yanki. Pero después he conseguido relajarme, les entiendo bastante y me hago entender. Tienen mucha paciencia, me ayudan a pronunciar mejor y a realizar mejor las frases. Tienen un sentido del humor muy majo y me están enseñando la zona.
Así que aquí estoy, después de llevar unos días conociendo lo que
será mi barrio durante el próximo año y conociendo a la familia con la que voy
a convivir, vuelvo a retomar este blog. De una madrileña por el mundo.
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