Desde hace casi dos meses estoy viviendo en Argentina, podría haber escrito mil entradas con las mil cosas que me han pasado, unas buenas, otras no tanto, otras geniales... pero no tenía ni tiempo ni ganas. Tendría tantas cosas que contaros que quedaran en el olvido... últimamente cuando ando sola por Tucumán voy viendo locales, bares, tiendas, que me recuerdan situaciones pasadas y empiezo a ponerme melancólica. Y sé que no debería, que debería disfrutar de lo que queda olvidándome de todo lo demás. Pero soy asquerosamente melancólica y no puedo impedirlo, pensar que solo me queda un mes y que después todo pasará. Y volveré allí y ni siquiera sé lo que me encontraré, pero sé que no quiero lo que deje. Cada vez estoy más segura de lo que quiero y de lo que no, sé que duraré poco allí....
Fue un inicio desastroso, pero a la vez lleno de experiencias necesarias por una parte, que me acerco a lo que quiero hacer y me hizo ponerme en un lugar que en Europa la mayoría no es capaz ni de intuir. Últimamente estoy comenzando actividades nuevas, estoy haciendo cosas que no se me hubiesen pasado por la cabeza en España y me gusta. Me gusta saber que puedo controlarme, que puedo intentar ver de otra forma y aunque me cueste controlar mi carácter. Hay cosas de las que aun no soy capaz pero que lo seguiré intentando.
En general está siendo una buena y bonita experiencia que dista mucho de lo que esperaba.
En breves sumaré Salta y dejaré el resto para la próxima, porque espero no tardar en volver...
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